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El efecto hype en las tecnologías 4.0: del metaverso a las IAs generativas


El llamado efecto hype es una sensación relativamente generalizada que se crea en torno a una idea nueva. En el sector de las tecnologías es un fenómeno relativamente común en los últimos años, ya que las redes sociales no solamente funcionan como altavoz, sino también como catalizador para ello.

En los últimos meses, la apuesta por el metaverso de Zuckerberg y el surgimiento de nuevas IAs generativas hace que se vuelva a hablar de esta tendencia. Si bien es innegable que tienen multitud de casos de uso, y mercado, hay algunos expertos que apuntan a que se ha sobrestimado el impacto real que esta tecnología tiene.

En resumen:

  • El hype es la exageración de las cualidades de una tecnología. Lo generan los usuarios, la prensa o las empresas desarrolladoras. 
  • Tras una etapa de optimismo, el metaverso se habría instalado en una fase de desilusión por no cumplir las expectativas iniciales.
  • Las IAs generativas se encuentran en el punto álgido del hype por la multitud de casos de uso demostrados.
  • Blockchain es un caso atípico, al conseguir desvincular su imagen de las criptomonedas y posicionarse como una tecnología versátil.

¿Qué es el hype?

Como tantos otros términos relacionados con la tecnología, tiene su origen en el inglés. En concreto, es una reducción de hyperbole (hipérbole), por lo que responde a la exageración de las cualidades de algo.

El concepto tiene ciertas connotaciones implícitas. Un hype implica un proceso de expectación, conocimiento y resultados. En esta última fase se produce en numerosas ocasiones una decepción, en muchos casos producida por las grandes esperanzas depositadas en la misma.

A veces el efecto se crea por la falta de información precisa y verificable. Otras, se genera por previsiones imprecisas sobre los dolores que soluciona o las aplicaciones que tiene una tecnología.


La gran pregunta es ¿quién genera el hype? Orgánicamente, son los propios usuarios los que pueden encumbrar una solución o una tecnología a la cima antes de haber salido al mercado. Otras, es achacable a la prensa, tanto generalista como especializada. Por último, también puede generarse artificialmente desde las propias empresas desarrolladoras, creando una suerte de necesidad entre su público objetivo.

¿Qué es el hype cycle?

Al hilo de este concepto, la consultora Gartner creó en 1995 el concepto de Hype Cycle. Este es una representación gráfica de “en forma de curva que representa la madurez y adopción de las tecnologías y apps y cómo son potencialmente relevantes para resolver problemas”.

Esta idea se toma como referencia habitualmente para evaluar el posible impacto en el mercado de una tecnología o herramienta. Así, si esta se sitúa en las últimas fases de la gráfica tendrá más dificultades para conseguir financiación que si se ubica antes del pico de la curva. 

Conocido en castellano como ‘Ciclo de Sobreexpectación’ se alinea con la idea principal de la Ley de Amara, que sostiene que “Nuestra tendencia es sobrestimar los efectos de una tecnología en el corto plazo y subestimar el efecto en el largo plazo”.

Entonces, ¿en qué punto se podría considerar que están tecnologías como el metaverso, las Inteligencias Artificiales Generativas o el blockchain?

El metaverso ¿en stand-by?

La historia la conocemos todos. A finales de 2021, Mark Zuckerberg le cambia el nombre a Facebook y pasa a denominar ‘Meta’ a la empresa matriz. La decisión responde a una decisión a diez años vista a la creación de un metaverso abierto con posibilidad de interoperabilidad con otros ecosistemas virtuales.

Este hito marca un antes y un después en esta tecnología y en la percepción externa de esta. Mientras unos lo ven como un ‘Second Life 2’ abocado al fracaso por sus límites técnicos y su enfoque eminentemente lúdico; otros ven una serie de posibilidades por explotar.

Los resultados económicos dan la razón, de momento, a los primeros. En el último trimestre de 2022, la compañía consiguió un beneficio de 4.652 millones, un 55% menos que en el mismo periodo del año anterior. Además, en marzo de 2023, Meta no solo rebajó el precio de sus Quest para dar cabida a nuevos usuarios, sino que anunció 10.000 despidos más, que se suman a los de 2022.

Otro apartado a destacar son los problemas técnicos que arrastra desde hace tiempo. Si bien el hecho de que los avatares no puedan mostrar piernas es algo anecdótico, hay otros problemas de consideración. Fallos de latencia, su accesibilidad, y, sobre todo, la falta de contenidos de calidad son los principales lastres de esta tecnología en la actualidad.

Para estos casos, Google Trends también es un indicador a tener en cuenta, al medir el interés orgánico de los usuarios sobre un término. Para el caso del metaverso, el máximo se registró a finales de septiembre de 2022, siendo tres veces mayor en España que el cambio de denominación de Facebook. No obstante, en la actualidad, el nivel de interés según la herramienta de Google es muy inferior al de finales de 2021.
Todos estas circunstancias hacen indicar que el interés por el metaverso está en una suerte de estado de hibernación tras el éxito de otras tecnologías que sí han conseguido despertar el interés del gran público y alcanzar un alto nivel de madurez.

El empuje de las IAs generativas

La otra cara de la moneda son las Inteligencias Artificiales Generativas. Capitaneadas por Chat GPT de Open AI, han conseguido que esta tecnología llegue a un público que hasta hace unos meses nunca había oído hablar de ellas.

En este caso parece que estamos viviendo en pleno hype, un interés, por otro lado, justificado ante la multitud de casos de uso que salen día a día. Además, a diferencia de otras tecnologías de nicho, han conseguido llegar a gran parte de la población, generando, por otro lado, cierta inquietud. Aunque eso es otra historia.

Las redes sociales también han tenido mucho que ver en la creación de esta, primero, curiosidad y luego, emoción. A través de, sobre todo, Twitter y LinkedIn, se ha mostrado cómo, a través de prompts sencillos, se conseguían grandes resultados. 


Al hilo de esta cuestión, las imágenes del Papa Francisco vestido de Balenciaga y de la posible detención de Donald Trump han hecho disparar el interés por estas IAs generativas. El hype generado ha llegado hasta tal punto que obligó a MidJourney, herramienta con la que se crearon estas imágenes, a cancelar sus pruebas gratuitas ante la saturación en sus servidores y el uso indebido de este servicio.

El extraño caso de GPT 4

Capítulo aparte merece el lanzamiento de Chat GPT4. Lanzado en marzo de 2023, su multimodalidad y la cantidad de data creada para su entrenamiento hicieron a muchos lanzar las campanas al vuelo. No obstante, muchas de sus funciones siguen sin estar disponibles para sus usuarios de pago y, en ocasiones, funciona peor que GPT 3.5.

Aunque sus posibilidades están todavía por explotar es la deficiente experiencia de usuario lo que está generando esta decepción sobre la herramienta. El ‘efecto wow’ causado proviene de usuarios VIP con pleno acceso a la herramienta, quienes han publicado en Reddit sus creaciones.

El retraso en las funcionalidades ‘estrella’ anunciadas es lo que ha hecho a muchos de sus usuarios volver a la versión anterior de GPT. Así, mientras que las IAs generativas en su conjunto tienen todavía recorrido en el Hype Cycle de Gartner, GPT 4 en concreto, corre riesgo de entrar en la fase de desilusión.

La sorpresa de Blockchain

El caso de blockchain es digno de estudio. En un principio esta tecnología estaba estrechamente ligada a las criptomonedas, creando rechazo entre ciertos sectores. Con el tiempo, sus casos de uso se han diversificado, mostrándose como una tecnología más versátil de lo que muchos señalaban en las primeras etapas del hype.

El interés por el blockchain es real y no está hinchado por partes interesadas. Markets and Markets cifra el tamaño de mercado de esta tecnología en 7.400 millones de dólares en 2022 y lo estima en 94.000 millones de dólares para 2027. Este CAGR anual del 66,2% anual apunta que esta tecnología ha llegado para quedarse.

Desde que comenzó a usarse, blockchain ha conseguido resolver problemas de confianza y seguridad. Sin ir más lejos, permite crear un registro inmutable y seguro de los productos a medida que se mueven a través de la cadena de suministro. Contribuyendo, así, a prevenir el fraude y falsificación de productos.


No obstante, todavía tiene ciertos desafíos que resolver antes de asentarse como una tecnología madura. Uno de ellos es la escalabilidad. Blockchain, de momento, no puede trabajar con un gran volumen de transacciones de forma eficiente. El hecho de que sea necesario validar y registrar cada transacción en la cadena de bloques requiere de gran cantidad de recursos.

La fragilidad del efecto hype en el sector tecnológico

Aunque suene a tópico, el hype es un arma de doble filo para las empresas tecnológicas. Por un lado crea expectación entre los posibles usuarios finales de una herramienta, dispositivo o solución. Por otro lado, en muchas ocasiones se crea una desilusión una vez llega al mercado, en gran medida debido a una perspectiva anterior poco realista.

Mientras que tecnologías como el metaverso, tras una oleada inicial del hype, parecen resentirse de todo el interés generado, otras, como las IAs generativas parecen seguir en lo más alto de la curva del Hype Cycle de Gartner. Así, la clave está en cumplir las expectativas del público, algo que no siempre es fácil.

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