La tecnología 4.0 supone todo un reto para un sector bancario que no para de reinventarse ante los cambios de coyuntura global. El futuro es fascinante. Desarrollos como el metaverso, los NFTs y las finanzas descentralizadas o DeFi, pueden dotar a las instituciones financieras de respuestas para sus clientes con las que antes no contaban.
No hay que mirar al abismo, sino al horizonte. Puede dar vértigo tener que asumir un cambio tan drástico. Sobre todo en sectores como el bancario, que ha tenido que reconvertirse varias veces en poco tiempo. El reto es saber integrar estas herramientas tecnológicas y hacer partícipes de ellas a sus usuarios.
¿Qué es el metaverso y cuál es su definición?
Es la palabra de moda en los entornos digitales: Metaverso. Desde que Mark Zuckerberg apostó por cambiar el nombre de su empresa matriz de Facebook a Meta, el término ha pasado de ser un concepto de nicho a estar en los medios generalistas. Sus aplicaciones son casi infinitas y va más allá de la imagen lúdica que a veces se transmite.
La definición más extendida es la de un universo paralelo al nuestro en el que lo real y lo virtual se combinan. Son entornos en los que se interactúa mediante avatares en un espacio acotado y al que se accede a través de un dispositivo digital. Si bien la palabra tiende a usarse en singular, lo cierto es que sería más correcto hablar de metaversos en plural, aunque se ha extendido la primera forma.
El término ha ganado una popularidad exponencial desde 2021, pero lo cierto es que tiene más de tres décadas. La primera vez que se habló de metaverso fue en 1992, cuando Neal Stephenson lo acuñó para su novela de ciencia ficción Snow Crash. Desde entonces, han sido varios los intentos de crear un entorno virtual de interacción, entre ellos Second Life, el más conocido por el gran público.
Sus usos parecen no tener techo. Solamente conocemos una parte de las aplicaciones fácticas del metaverso. Una de las más fascinantes y a la vez desconocidas es su empleo en el sector bancario y en el de los seguros.
El metaverso y sus aplicaciones en el sector financiero
Al ojo inexperto, unos gráficos básicos y la caricaturización de los avatares del metaverso, puede llevar a pensar que se trata de una tecnología con fecha de caducidad. El ejemplo de Second Life sigue en la retina. De los errores pasados se aprende y el metaverso está listo para despegar. Los expertos señalan que 2024 será el principio de su despegue.
Las estimaciones más optimistas apuntan que, en unos meses, serán millones las personas que circulen por los múltiples metaversos que hoy están en fase de desarrollo. JP Morgan ya cifra en cientos de millones de dólares las oportunidades en el metaverso. Bloomberg Intelligence sigue esta misma línea y estima el volumen de negocio en 500.000 millones de dólares para 2030.
A día de hoy, las incursiones de la banca en el metaverso todavía son tímidas y dubitativas. Todos los jugadores miran de reojo las cartas con las que cuenta en la partida hasta que alguien haga la primera apuesta.
Hasta la fecha, el movimiento más arriesgado lo ha realizado JP Morgan. El gigante norteamericano ha adquirido un espacio en el centro comercial virtual Metajuku en Decentraland. El resultado actual es un poco pobre, siendo generosos, ya que apenas muestra un organigrama de la empresa y un retrato de su CEO.
Aunque queda mucho camino por andar, las principales aplicaciones para la banca que se le presuponen al metaverso son:
- Captación de clientes. A través de estos ecosistemas virtuales, las entidades financieras pueden conseguir clientes con un perfil diferente al usual. La banca cuenta con problemas para llegar a su target de menor edad, poco receptivo a sus mensajes. La interacción directa sería otra de las claves.
- Finanzas descentralizadas. El metaverso puede convertirse en el entorno ideal para que los bancos tradicionales se sumen a esta tendencia, que presupone un cambio radical en sus funciones. La pequeña y gran banca podría entrar así en entornos blockchain, un terreno en el que todavía no se han aventurado.
Más tarde abordaremos en profundidad esta cuestión.
- Competir con las Fintech. Aunque los bancos al uso han hecho sus deberes en cuestión de digitalización, las denominadas como Fintech han ido dos pasos por delante. Entrar en el metaverso podría equilibrar la balanza y presentar un nuevo escenario.
- Tecnología 4.0. El sector financiero tiene una oportunidad única para asentarse en el Big Data, revolucionando de lleno la forma en la que recopilan, analizan y usan los datos de sus clientes y de sus prospectos.
Los datos lo son todo en un entorno competitivo como este. Así, la Inteligencia Artificial y el Machine Learning ayudarían al sector financiero a optimizar sus campañas de marketing. El metaverso se erige en el entorno ideal en el que desarrollar estas tecnologías innovadoras.
- Nuevas vías de ingresos. El metaverso también traería consigo líneas de negocio desconocidas. Los bancos podrían utilizar estos ecosistemas innovadores para ofrecer productos innovadores, satisfaciendo nuevas necesidades. Un reto apasionante que dará muchos réditos.
No es posible hablar de este sistema sin hacer referencia a los NFTs, ya que ambos forman un binomio casi inseparable. El metaverso se está convirtiendo en el principal centro de actividad de los tokens no fungibles.
En la actualidad la interacción entre ambos está creando fuertes sinergias especialmente en el sector de los videojuegos. En los próximos años el vínculo podría reforzarse gracias al sector bancario y asegurador.
¿Qué son los NFTs y cómo funcionan?
De los términos analizados, el más polémico de todos es el de los NFTs o Non Fungible Tokens. La controversia en torno a ellos es injusta y ventajista. La imagen que se tiene de ellos no corresponde a la de un activo que va más allá de esas formas de arte digital que se asocian con la especulación.
Los NFTs se definen por ser únicos, indivisibles, transferibles y escasos. Esta última característica es quizás la más importante de todas y se consigue gracias a la criptografía. Este activo no puede cambiarse ni sustituirse precisamente por su singularidad.
Los bienes no fungibles son aquellos en los que no hay equivalencia posible entre uno y otro. Por ejemplo, en el arte. Un Velázquez y un Rembrandt no son intercambiables de forma idéntica, aunque puedan tener un valor de mercado atribuido similar. No obstante, sí se pueden comprar y vender, pero nunca dividir.
Por contra, un bien fungible se caracteriza por ser reemplazable por otro de igual calidad y características. Además, se consumen con su uso. El ejemplo más claro es el del dinero. No importa de dónde provenga, ni hacia dónde va. Un billete puede sustituirse en las mismas condiciones por otro de igual calidad, es decir, con el mismo valor facial.
Estos bienes no son necesariamente imágenes. En la actualidad, los NFTs también son usados en industrias tan dispares como la logística, fabricación de automóviles, deportes, videojuegos o banca.
Los NFTs en el sector bancario
¿Pueden convertirse los NFT en el futuro de la economía digital? Todavía es pronto para anticipar una respuesta a una pregunta tan compleja. Cada vez son más los que se plantean cuestiones como esta y sobre el impacto y usos de los tokens no fungibles en el sector bancario.
Los NFTs se han convertido en un activo de inversión. Han abierto nuevos mercados. Marcas como Disney y Nike, así como famosos de la talla de Eminem y Jimmy Fallon ya cuentan con su cartera de no-fungibles. Más allá de la pura especulación, lo cierto es que están aquí para quedarse.
En los últimos meses, hemos podido ver iniciativas en las que empresas han recompensado a sus audiencias con NFTs y criptomonedas. Una nueva fórmula de crear comunidad y de abrir nuevos mercados.
Una de las grandes dificultades que se le presupone a los bancos tradicionales a la hora de abrazar los NFTs es la de traducir estos procesos a la realidad. La reconversión requerirá de una gran inversión que, al menos de inicio, solamente será asumible por los más grandes.
Los procesos de gestión de activos en el sector bancario cambiarán para siempre una vez los NFT comiencen a integrarse en el entorno. Es necesario un proceso de transformación integral. Es evidente que habrá que asumir riesgos, pero la revolución ya está en marcha.
Nuevas formas de inversión
Una de las ideas más interesantes en lo que se refiere a inversión es la que ha puesto en marcha RealT. Esta empresa permite comprar activos inmobiliarios en Estados Unidos desde tan solo 50 dólares. Todo gracias a los NFTs y a las cadenas de bloque.
RealT adquiere propiedades en el mundo real y las divide en bloques gracias a la tecnología blockchain. La técnica no es nueva, pero sí la tecnología. Lo que hace esta marca se llama fraccionamiento. Consiste en fragmentar un activo por partes para llegar así a una mayor cantidad de inversores.
Más conocidas son las plataformas de intercambio de NFT. A través de ellas y usando criptomonedas como moneda de pago, es posible comprar y vender tokens. La mayoría de estas están especializadas en el sector del arte, pero ya se están creando en otras industrias.
Tanto los NFT, como las finanzas descentralizadas responden a una necesidad de incorporar a nuevos actores a la economía digital.
¿Qué son las finanzas descentralizadas o DeFi?
Una tecnología 4.0 que, a priori, podría parecer un agente desestabilizador en el sector bancario son las finanzas descentralizadas. Nada más lejos de la realidad. Conocidas como DeFi por su denominación en inglés –decentralized finance-, son ecosistemas financieros en los que no existen intermediarios al uso.
El intercambio de bienes en estos nuevos entornos se realiza de usuario a usuario gracias a blockchain. Las transacciones quedan validadas por los propios participantes a través de cadenas de bloques. Así, se certifican y aseguran que el acuerdo entre partes se realiza en los términos acordados, los llamados smart contracts.
Para poder acceder a las DeFi es necesario contar con un wallet o cartera virtual para poder operar con tokens, que son la moneda de cambio en los espacios de base blockchain. Esta unidad de intercambio se puede adquirir mediante monedas virtuales o con divisas tradicionales.
Las aplicaciones más relevantes de las finanzas descentralizadas son:
- Compraventa de activos digitales
- Negociación de criptomonedas y tokens
- Plataformas de préstamos
- Operar en el mercado de derivados
El papel de la banca en las finanzas descentralizadas
En estos sistemas DeFi, los productos financieros están abiertos a disposición de todos aquellos que deseen. Sin necesidad de terceras partes y altamente descentralizados. Esto da pie a preguntarse cuál es el rol que tendrían las entidades financieras en el caso de que esta tecnología se asiente a nivel usuario. ¿Llegará a reemplazar el blockchain a los bancos tal y como los conocemos?.
Al no necesitar un gestor centralizado, la banca tradicional necesita definir qué rol quiere asumir cara a las DeFi en el futuro. Existen varias líneas de pensamiento al respecto:
- La vertiente más conservadora. Subrayan las desventajas y peligros de las finanzas descentralizadas.
- Otra más abierta al cambio que aceptaría ser un agente en estas transacciones y aprovechar las ventajas de las DeFi.
- Una tercera vía que opta por la reconversión del sector bancario. Consideran que deberán optar por la especialización y por ofrecer servicios nuevos.
Todas las partes presentan razonamientos válidos. Existen sólidos argumentos a favor y en contra de las finanzas descentralizadas.
Ventajas de las DeFi
- Las finanzas descentralizadas permiten acceder a un abanico de productos más amplio que el catálogo tradicional. El metaverso también se antoja clave en esta cuestión.
- Existen plataformas que ofrecen comisiones más competitivas que la banca tradicional.
- Elimina las barreras internacionales al no depender del intercambio de divisas ni de un gestor centralizado para llevarlas a cabo.
- Al quedar registradas todas las transacciones en cadenas de bloques, todos los movimientos realizados en estos ecosistemas son seguros y transparentes.
- Todos las compraventas son realizadas de forma automática y sin necesidad de un operador humano. Las posibilidades de error y manipulación son casi nulas.
Inconvenientes de las finanzas descentralizadas
- Por su propia naturaleza, las DeFi no están reguladas por terceros. En el caso de desavenencia entre las partes de un contrato, no hay arbitraje posible.
- Aunque las transacciones y los usuarios están identificados gracias a la tecnología blockchain. No hay un nombre real registrado, solamente una clave alfanumérica.
- En caso de pérdida de las claves que custodian los wallet de los usuarios, estas no son recuperables.
La banca será 4.0 o no será
Los años que están por venir serán determinantes para ver qué papel jugarán los bancos y las aseguradoras en la sociedad del futuro. Tecnologías como las finanzas descentralizadas eliminan la necesidad de un mediador en las operaciones de compraventa.
Distinto es lo referente a la implantación plena de los NFT y el metaverso. La industria tiene en estas herramientas una oportunidad clara para llegar a nichos de mercado a los que no lo hacen ahora mismo.
El Big Data, la Inteligencia Artificial y el machine learning también jugarán un papel clave en este proceso de transformación integral.
Renovarse o morir.