Los conceptos expuestos en el anterior artículo nos van a permitir una mejor comprensión del siguiente gráfico, cuyo concepto se ha extraído del libro Actionable Gamification: Beyond Points, Badges and Leaderboards, escrito por Yu-Kai Chou. Según el autor, todo lo que hacemos se basa en una o más de las 8 unidades básicas dentro del llamado Octalysis:
De los 8 núcleos que se visualizan en total, los relacionados con la motivación extrínseca son los de la izquierda del esquema, y los de la derecha son los de motivación intrínseca.
Otro factor a tener presente es que las unidades superiores en el octágono se consideran motivaciones muy positivas, mientras que las unidades centrales e inferiores se cree que son más negativas.
Los diferentes apartados del gráfico se explican de forma generalizada a continuación:
Una vez expuesto todo lo anterior, que podría ser aplicado en cualquier ámbito de nuestra vida, vamos a centrarnos de nuevo en el mundo del desarrollo software.
Existen muchas posibilidades para conseguir la motivación deseada en un equipo de desarrollo y, como ya se ha mencionado, cada proyecto, grupo de personas y circunstancias son distintas y dan un número de combinaciones entre sí casi infinito. Aún así, a continuación plantearemos una técnica que podría ser de ayuda a la hora de integrar el concepto de gamificación en el proceso de desarrollo software: la técnica KudoBox.
Esta técnica se utiliza para motivar a un equipo de desarrollo sin la necesidad de incluir el dinero como variable de la motivación. Esta técnica ayuda a motivar a un equipo ágil, promocionando la motivación intrínseca.
KudoBox es un método de recompensa sencillo y eficaz que cumple con las 6 reglas fundamentales que han de seguirse para dar recompensas de manera eficaz.
Estas 6 reglas se describen a continuación:
Está técnica está descrita con detalle en el libro Management 3.0 escrito por Jurgen Apello.
El nombre de este método fue ideado por Paul Klipo, el ex-presidente de la compañía Lunar Lógica Polska, en Polonia. En esta empresa de desarrollo, los empleados otorgaban a sus compañeros un regalo por valor de 20€. Lo llamaron Kudos y consistía en una caja en la que cada uno podía depositar la recompensa que considerase oportuna cuando creyese que otro la merecía, siendo, de esta manera, recompensas públicas. Todos los miembros de la organización participaban en esta iniciativa y podía hacerse de forma anónima o no. Todo esto dio como resultado un sistema de recompensas de bajo coste.
Un sistema similar, llamado LoveMachine, fue implantado por Philip Rosedale, ex-director ejecutivo de Linen Lab. Este sistema permitía a los miembros del grupo enviar notas de agradecimiento a sus compañeros, de forma muy similar al sistema KudoBox.
Hay otros nombres para este sistema. En Zappos lo llaman HERO awards y funciona de manera similar a los anteriores. De todos modos, no importa el nombre; todos ellos son sistemas que permiten a los miembros de una empresa darse entre ellos pequeños obsequios inesperados de agradecimiento por su trabajo y que, además, permiten a la persona premiada sentirse valorada.
¿Seguimos con la mente educada en un mundo industrial? ¿Vivimos en un mundo en el que no importan las horas que trabajamos? La motivación en la empresa, un tema tan importante y apreciado para algunos, es desconocido e incluso despreciado por otros. Ahí lanzo mis preguntas: ¿Es esto una moda? ¿La motivación la tiene que traer uno de casa o, por el contrario, debería la empresa ser la que propiciase e impulsase un sistema que motivara al trabajador?
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